domingo, 21 de noviembre de 2010

Los "Amores perros"

Ayer como a las 7.30pm reparé en que debía ir al super pues tenía comida hasta mañana (Lunes), pero en días de semana ya no me gusta ir al super porque voy después de clases, medio cansada y solo compro lo mínimo indispensable, entonces termino yendo 2 ó 3 veces en una semana y eso me parece más ineficiente (la lectura de los libros de economía me está carcomiendo). La China que recién se levantaba también se dio cuenta de lo mismo. Decidimos salir en ese momento. Subí, me bañé, me cambié (todo el día lo había pasado en pijamas), agarré la billetera y nos encontramos en la puerta de mi habitación para ir. La lluvia era infernal. Hemos caminado como 6 cuadras y terminamos prácticamente empapadas, incluso debajo de las casacas y sacos. Hicimos las compras, que en realidad fueron de complemento incluso para el mes: aceite, cereales, jamón, queso y gaseosa, mis infaltables gaseosas! Cuando terminamos la compra ya no había tanta lluvia... pero como compramos agua embotellada (de 5 litros) nos demoramos un poco pues había mucho peso que cargar. Llegamos y subimos de frente a la habitación para dejar lo que fuera de desayuno y entre comidas. Luego visité a la China un ratito en su habitación. Estábamos hablando hasta que llegó Kadir y nos preguntó si veríamos la película. Con sinceridad, yo no tenía ganas y dije que sí (como siempre, porque me cuesta decir no), la China también. La verdad es que estaba medio contrariada pues, supuestamente, había coordinado con mi mamá de hablar por skype, pero ella no me había confirmado nada. En fin... Kadir llegó solo a preguntar, cuando se fue decidí que tenía que hacer algo: skype o cine. Y decidí que haría cine, mas primero debía bajar el jamón y el queso que no me gusta mantenerlos mucho rato a temperatura ambiente. Bajé y me di cuenta que mi alacena era un completo desastre (en realidad, no me di cuenta, eso lo sabía desde hace mucho, solo que no encontraba el momento tranquilo y de paz para arreglarla). Pensé que mejor sería arreglar mi desorden de alacena (y arreglar el de refrigeradora también) y hacer skype. Finalmente, amante del cine no soy. Me gusta, pero películas muy específicas o cine independiente que es, básicamente, mi afición cinéfila de los últimos 2 años. Me quedé arreglando, lavando, ordenando y sintiéndome contenta conmigo misma (el orden es algo que me satisface de una manera un poco extraña). Y, de repente, cuando ya estaba terminando con todo, solo estaba guardando las cosas de la refri, bajaron la China y Marina preguntándome qué hacía abajo que no estaba arriba esperando por ver la película. Expliqué mi trauma existencial sobre el orden. Subimos. Llegando a la sala de Cine me dijeron que Kadir se había ido a hablar con su mamá (que se ha ido a Colombia y no sabe cuándo regresará a Colombia a verla) y que no tenían llave del armario de la tele y no tenían cómo ver la película. De cualquier forma, me ubiqué en la primera fila y prendí la tele. Estaban pasando "Australia" y estaba como a la mitad de la película... Llegó Pedro y se quedó viendo aunque cuando le dijimos qué película estábamos viendo momentáneamente dijo: "qué porquería". Pedro no gusta del cine comercial ni mucho menos. Llegó Kadir y puso la película. Se trataba de "Amores perros", una película que ya Kadir y Marina me habían promocionado como muy buena.

Empezó la película con una persecusión. Dos chicos (uno de ellos Gael García, guapísimo como siempre!) perseguidos por otro auto (que parecía un camión) que eventualmente daba unos tiros de pistola, un perro desangrándose, un choque, gritos y ahí termina la escena. Estresante. La película gira entorno a 3 historias: una de unos adolescentes que no saben qué quieren de la vida (que gira en 3 personas, la pareja joven -la chica sigue en la escuela- y el hermano del chico -que es Gael-), una pareja de un divorciado y una mujer más joven que él (que queda gravemente lesionada en el choque) y un padre que al convertirse en asesino y entrar a la cárcel pierde a la hija y a la esposa (a las cuales no ve por algo así como 25 años). Realmente es una historia de miserias humanas profundas. Historias de desamparo, de desorden, de maldad, de repudio y resentimiento. Realmente, ver la película entera fue muy duro pues no estoy acostumbrada a ver en vivo y en directo este tipo de cosas. No veo tele y solo me dedico a leer periódicos... entonces ver tanta violencia cargada en un solo tirón me fue bastante duro. Coincidió, además, con lo que pensaba el otro día y escribí y lo repetiré para poder analizarlo un poco: todos tenemos una historia triste detrás: un amor no correspondido, un adiós para siempre, una negación de amor. Siempre hay 2 ó 3 personas que han marcado nuestras vidas. Y sí. Todos tenemos una historia triste detrás. Otros más triste que algunos. Pero alguna decepción marca nuestras vidas, nuestra relación con el mundo, nuestra sensibilidad y nuestra respuesta al mundo como tal. Es muy doloroso ver que hay personas que sufren más y que otras menos y que, cada quien, en su sufrimiento, en el fondo, no lo merece o no debería experimentarlo. A veces pienso que el mundo sería menos complicado si todos dijéramos lo que realmente pensamos. Creo que sería más fácil vivir (con uno mismo) y convivir (con los demás). Me dejó un sinsabor amargo la película, porque la violencia me aterra (como a mucha gente) y, muy particularme, me paraliza, me inmoviliza, no sé qué responder, qué pensar, qué sentir, porque simplemente todos mis sentidos se... como si se congelaran, algo así... pero se congelan en un mar de dudas. Lo más intrigante es que escribo sobre ello como una forma de racionalizarlo, pero realmente lo pienso y lo pienso y no encuentro mucha racionalidad. Amores perros... creo que mejor título no pudo tener. Quién no ha hablado de amores y sus dimensiones y los famosos amores perros... quién no tenido siquiera una sensación de recuerdo, de vacío, de algo que no pudo ser ni será...

jueves, 18 de noviembre de 2010

las historias tristes...


El domingo por la noche después de un día entero frente a la compu, Yunha y yo coordinamos una hora para reunirnos a trabajar la bendita reforma institucional de la UE. Llegó a mi residencia como a las 10.30pm. Subimos a la biblioteca y trabajamos como hasta las 12.30am. Mientras bajábamos por la escalera reparé en que no le ofrecí ni agua y recordé que en algún momento mencionó que tenía hambre... pero yo estaba muy concentrada. Decidí decirle que se quedara a cenar. Y así fue. Comimos biscotes con mermelada y leche... Y de repente ya habíamos empezado a hablar de nuestras vidas. Por lo general, suelo ser reservada respecto a cuestiones mías muy profundas. Suelo hablar mucho de mí, pero todo lo que digo públicamente es lo más externo y superfluo que tengo. Esa noche empecé a hablar de mí como hacía mucho tiempo no lo hacía y creo que ella también habló de sí misma sobre temas que hacía mucho no hablaba.
Me fui a dormir tranquila después de exteriorizar un poco de mí, mostrar mi fragilidad, como dice mi mamá. De repente no fue mi fragilidad, pero fue parte mía que no necesito ni quiero que todos conozcan. Es mi secreto de mujer, mi secreto de amiga, mi secreto de humana.
No pensé mucho en esa conversación hasta ayer en clase que se dio un Debate muy intenso respecto a la naturaleza de este trabajo que hicimos. Detrás mío había una chica y de repente empezó a ser muy agresiva en la discusión, la noté muy insolente, muy poco amable, muy tosca y, por alguna razón ajena a mí, evidentemente, me causó pena. Y empecé a escribir, no sobre ella, sino sobre las personas en general... Y escribí algo que decía esto:
todos tenemos una historia triste detrás: un amor no correspondido, un adiós para siempre, una negación de amor. Siempre hay 2 ó 3 personas que han marcado nuestras vidas.
Ciertamente, cuando accedemos al mundo de alguien, llegar a saber todo es complicado; sin embargo, no hay por qué detenernos a conocer a alguien por ello”.
Y recordé ahora eso de las historias tristes. No me dio pena, me causó sorpresa...

miércoles, 10 de noviembre de 2010

May your dreams come true


Si alguien fue capaz de correr desinteresadamente por mi sueño, por qué yo no habría de hacerlo.
Si alguien cree que mi sueño es más importante que mi propia y tonta desidia, por qué yo no he de creer en mí misma.
Si alguien fue tras mi promesa y mi deseo, por qué no tendría yo que ir detrás de ello.
Salir detrás de mis sueños y creer en ellos. Eso es y no más.
¿Qué es importante en mí? ¿Qué es definitorio y trascendente? ¿Hacia dónde va mi corazón?
Me pregunto dónde estoy y hacia dónde voy porque no quiero equivocarme más y si lo hago quiero poder ser capaz de conocer y reconocer el por qué.
Vive, ama, sueña...
Ser capaz de alcanzar lo que quiero y lo que pienso de mí.
El viento corre fuerte... muy fuerte... tanto que está tirando abajo unos como sardineles de entrada a ver y tocar al Santo,
Pide un deseo. Make a wish.
Déjame encontrarlo. Let me find him.
La gente va y viene y ese es uno de los misterios de la vida que siempre me sorprende, pues aún no logro entender esa lógica tan loca de la vida... de que todos vamos y venimos sin conocernos (o fingiéndolo al menos). No necesito explicarlo, solo me sorprende la sorpresa que siempre me causa. Es como si me detuviera a mirar la vida correr.
Me gustan esas casitas.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Hoy recibí una sorpresa!

Hoy estaba estudiando sobre los Procesos de Integración en Asia... realmente muy interesante y que se convierte ahora en un interés particular en mis estudios. Cada vez que alguien pregunta qué estoy haciendo y yo respondo, me dicen: "ahh yaaa". No hacen más preguntas. Creo que estudio algo que a nadie le interesa! No estudio cine, psicología o medicina, carreras en las que la gente fácilmente puede asociar su utilidad. La verdad me importa muy poco lo que la gente piense pero me da risa que, a veces, sea practicamente el único ser humano en una conversación que entienda de procesos que, desde mi perspectiva, son fundamentales para el presente y el futuro (leáse: aquellos problemas que, a quienes tenemos la vida resuelta, casi nunca nos toca y que siempre ataca a quienes son más vulnerables).
Esta tarde mientras estudiaba, Ale me dijo que bajaría a la cocina para hacer un postre (es cumple de Jaime y estamos haciendo una "sorpresa"). Mientras abría la puerta, Marina pasaba y me vio sentada en el escritorio. Aparentemente, no tenía planeado entrar, pero al verme a unos metros de la puerta se acercó y empezó a llorar. Lo único que me dijo fue: "tengo miedo". Yo entendí qué quería decir. No es algo de lo que deba comentar. Luego me dijo que saldría con Farah a tomar un café. Como yo estaba estudiando y estaba en pijamas (con una pinta de estar en rehabilitación para drogadictos, con mis pelos parados y desordenados, sin zapatos y con las uñas pintadas de negro) le dije que no podía salir pero que cuando regresara me enviara un mensaje o me llamara para bajar a verla.
Así, como a las 6 y algo más recibí un mensaje diciéndome que fuera a acompañar a la cocina a las dulces cocineritas (estaban Marina, Fani, Farah, Ale, Sole, Anastasia y Kadir), decidí bañarme, cambiarme y bajar. La encontré y le pregunté si estaba mejor y me dijo: "sí, claro... -se quedó pensando y dijo- en realidad no, no estoy bien, pero qué puedo hacer" y se rio como solo ella sabe hacerlo en esas situaciones: cuando está nerviosa y no sabe cómo lidiar con ello.
Decidí subir, dado que no aportaba nada en la cocina y quería leer un poco sobre la Guerra Fría. Abrí mi mail y encontré un mail que aún me sorprende y que aún no entiendo completamente. No hay más que pueda decir. Decir que me ha movido los recuerdos de una bonita amistad es casi una falacia. Decir que no siento nada es una mentira. Decir que lo pensaré luego es la única verdad. C'est la vie!