El sábado puse mi alarma como al mediodía porque no sabía a qué hora de la tarde llegaría Marek. Finalmente, dormí un poco más porque como al mediodía me envió un mensaje diciendo que llegaría a las 4pm.
La China y yo hacía días que veníamos pensando en hacer un Quiche... así que el motivo mejor en la semana era la llegada de Marek y sus amigos.
Me levanté, me bañé y fui a mi residencia (dormí en la residencia de la China, como casi todos los fines de semana!). Encontré a Alessandra haciendo galletas y a Anastasia conversando con ella.
Desayuné (mi desayuno siempre aburrido: tostadas, mantequilla con mermelada, jugo de naranja). Y puse las manos a la masa (mientras secaba la ropa)... No me salió tan bien, en primera instancia. Leo, que tiene (eso sí no lo negaré) ojo clínico con la comida, se sentó frente a mí mientras yo veía que la masa se desmoronaba cada vez más. Finalmente, terminó haciendo la amasada él... dejé la masa ya perfectamente amasada en el horno. No pasó mucho hasta que llegó la China, yo subí mi ropa, me bañé, me cambié y solo quedaba esperar. Decidimos almorzar, pues no lo habíamos hecho y no sabíamos cómo venía la tarde. Mientras yo lavaba los platos sonó el timbre de mi celular tan esperado! Era Marek... sus palabras fueron: "estoy en la plaza frente al Colegio Mayor". Una amiga, Anyhela, estaba ahí y me miró, yo me miré a mí misma, sacudí una peluza en mi pantalón y salí cual quinceañera corriendo! Llegué a la puerta, miré a la Plaza y no había nadie. Me entraron un poco de nervios (por qué?). Crucé la pista, llegué a la plaza y de repente a mi derecha divisé una cabeza rubia, una camiseta que decía algo en polaco, una casaca negra y una cara conocida: era Marek! Nos acercamos y yo sentía que no lo creía. Fue uno de los abrazos más añorados que he tenido últimamente. Me cargó y nos abrazamos de nuevo! Lo extrañé... sí, lo extrañé!
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