miércoles, 27 de octubre de 2010

Después del adiós

He caminado por calles llenas de significados. Calle que al, ahora, recorrerlas sola han cambiado mucho. Los lugares pueden ser bellos; sin embargo, esa belleza no pude perdurar ni trascender en nuestros recuerdos sino guardan una historia consigo.
Nuestros sentidos pueden conservar recuerdos cuando hacen que los sentimientos sean capaces de añorar alguna buena o mala experiencia (no sé si las malas se añoran). Experiencia, al fin y al cabo.
Esta plaza en la que hoy escribo, parada con mi file de adolescente colegial, tiene, para mí una sonrisa en el corazón y un abrazo en el alma.
Ayer arrojé una moneda pidiendo un deseo (uno de los deseos que más quiero cumplir y que por siempre será secreto y que, incluso, habiéndolo cumplido no lo diré). Tenía 2 monedas, Dominika estaba a mi lado, le di una y le dije: "Hazlo también, pide un deseo". Arrojó la moneda y con mirada cómpliceme dijo: "Pedí un deseo para ti".
Hoy yo arrojó una moneda pidiendo el único deseo de poder regresar aquí siempre que necesite paz.
Plaza Cervantes. Lunes, 25/10/2010

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